Alas de Amor
Del juego con algunas palabras que titulan el Seminario 24 de J. Lacan S’Aile Á Mourre iniciamos nuestro escrito. Resonancia de letras que en la homofonía de sonidos nos condujo a crear Alas al amor. Partiendo del recorrido de investigación en torno al modo que opera el amor en psicoanálisis, recurso que nos legara Freud, abordamos nuestra propuesta para su operar en la clínica actual. Su título Alas al amor atiende a esa singular manera de arreglárselas con lo que no acomoda y en nuestro quehacer llamamos síntoma. En su recorrido se transita desde ese amor al padre (Freud) al de una mujer (Lacan). Si al final de su obra Freud nos advierte acerca de un malestar ligado al ideal de su época, caída su emblemática, asistimos hoy a otro malestar. Ese que adscripto a la primacía del discurso capitalista, amo del saber, impone íconos, modalidades de consumo, un exceso que estraga la elección singular. Apogeo de ese plus de gozar que nos advirtiera Lacan. Es así como el amor aparece entonces desbrujulado sin causa pues ese exceso tapona el vacío. Ante este inquietante atolladero, nuestra propuesta gira hacia un nuevo operar del amor. Una nueva rotación del discurso amoroso hacia Una Mujer. Esa una, ‘no toda’ que en cercanía con la nada, al encarnar ese real, es síntoma. Propuesta del psicoanálisis actual a arreglar con el síntoma como con ella, tarea poco sencilla. Un atrever a ‘hacer algo con’ ese singular de cada cual que al caer esa, razón abrochada a universales del saber, liberan al amor de su prisión hacia lo aleatorio, contingente, singular. La razón de un ‘medio decir de la verdad y del amor’ atiende a ese vuelo para imaginar lo real, propuesta de un nuevo hilar del amor para la clínica actual.