De la naturaleza de los semblantes
La serie conocida como de la orientación lacaniana ha generado a lo largo del tiempo una comunidad epistémica que sobrepasa los límites del Campo Freudiano, y una transferencia de trabajo con consecuencias teóricas, políticas y clínicas decisivas. Entre ellas figura la creación en Buenos Aires de la Escuela de la Orientación Lacaniana, evocada magistralmente días después en la sexta clase del presente curso. Este libro recoge íntegramente las clases de Jacques-Alain Miller del ciclo 1991-1992 y se inscribe, como los otros dos ya publicados, en una vigorosa secuencia iniciada en 1981. De la naturaleza de los semblantes es un título que no oculta el homenaje a De la naturaleza de las cosas, poema clásico de Lucrecio donde este da razón de los simulacra más allá de la mera apariencia. Miller trata la naturaleza de la apariencia misma, y esto tiene un interés inestimable para quienes en la cultura quieren saber acerca de las condiciones y las consecuencias de lo que usan y producen. Jacques-Alain Miller demuestra que en la clínica psicoanalítica esta apariencia se trastoca, es operatoria, necesariamente opaca como presencia, pero refulgente y luminosa como contingencia; trama las razones para justificar –con el nombre lacaniano de semblante- su rango de categoría psicoanalítica. Según Miller, Lacan pone al semblante en la serie de su categorías clásicas, junto a lo real, lo simbólico y lo imaginario. Entender la naturaleza del semblante en los distintos lazos sociales permite apreciar su extremada ductilidad para dirigirse a lo real propio del inconsciente. En la ciencia y en el psicoanálisis se accede a lo real por lo imposible. Lo rol del inconsciente es la imposible escritura de la relación entre los sexos, y este imposible solo se demuestra por la contingencia de los encuentros –a diferencia de la ciencia, que prueba su propio imposible mediante la necesidad. Si el discurso del analista, como todo lazo social, tiene como agente un semblante, se comprende el alcance de un texto que elabora su doctrina: crea las condiciones para un encuentro entre el clínico que dirige las curas y las razones del buen uso del lugar del analista. Samuel Basz.